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I. Mamá yo quiero saber... de dónde son los cantantes.

  • Foto del escritor: Estamo En Salsa
    Estamo En Salsa
  • 10 abr 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 4 jun 2020



En los rincones de la madre Cuba retumbaban con esmero los bongos que al son de las palmas hacían mover los pies a centenares de cubanos que disfrutaban con su alegría característica los ritmos que algún día llegarían a cambiar la industria musical. Ni el más optimista bailador imaginó que esas pequeñas armonías que tocaban en familia podrían acaparar multitudinarios escenarios del mundo.


El son, el guaguancó, el danzón, la contradanza, el bolero, la rumba, la charanga y la guaracha hacían a los cubanos más felices, y a ritmo de la armónica, la conga y la bata disfrutaban en cada calle de La Habana, así como los guajiros en los campos azucareros tarareando los versos de José Martí con su “Guantanamera, guajira guantanamera”, en cada kilómetro cuadrado de la madre Cuba.


«Las plantaciones, especialmente las de caña de azúcar, fueron un escenario determinante en el nacimiento de la música afrocubana y en su llegada al suelo colombiano».


Foto: Señal Colombia







La década del 50 traería consigo uno de los hechos más recordados por los cubanos a lo largo de la historia y que sin duda traería consigo un sin fin de cambios y circunstancias que harían de la madre Cuba un lugar distinto, los ritmos aún resonaban en cada esquina de la Isla pero esta vez acompañados de coros unísonos que pedían el fin de la dictadura de Fulgencio Batista y como si se tratara de una competencia, las manos golpeaban más fuerte los bongos y los bailadores con sus pies levantaban el polvo del suelo. Eran tiempos difíciles y los cubanos lo sabían por lo que muchos se refugiaron en la música para mermar un poco de la batalla que tenía lugar en las calles.


«El son se convirtió en la historia del pueblo negro en Cuba al ser el medio por el cual se compartían las historias de sufrimiento, lucha, trabajo forzado, resistencia y celebración»


El 01 de enero de 1959 la revolución en cabeza de Fidel Castro dio la estocada final y este último pudo asumir el poder, deseando así nuevos aires para su amada Cuba, sin embargo en este tipo de sucesos es imposible hacer feliz a toda la población, por lo que muchos optaron por buscar una “calidad” de vida fuera de la Isla, siendo así el sueño americano la primera opción de muchos cubanos, en búsqueda de otra “calidad” de vida.


Agarraron sus bongos, empacaron sus alegrías y emprendieron rumbo hacia los Estados Unidos; aún bajo otro cielo y bajo otro idioma no dejaron morir el espíritu de la madre Cuba que vivía en ellos. Sus raíces se incrustaron, las ramas crecieron altas y los frutos comenzaron a asomarse. Pero en aquellas lejanías, en esa ciudad fría -Nueva york - los cubanos no veían su identidad representada en nada, así que a través de la música - como lo hacían en su Isla - crearon una identidad.




«En la superficie de sus cantos se asoma la voz del cimarrón que en su fuga por la libertad lucha por librarse de las cadenas esclavistas. Monte adentro y en la tierra fértil, también se escucha al jibarito que labra su jornada ante la fusta implacable del mayoral. Por su parte, el indio cautivo gime mientras ve cómo su raza noble y abatida llora el despojo de sus raíces. Finalmente, se oyen los pasos del hombre citadino que camina por las calles de una Nueva York que no le pertenece pero que a fuerza de encontrar su lugar desde el exilio, va contando sus penas».


«El embargo a Cuba fue importante para darle impulso a la salsa neoyorquina ya que ante este escenario dejó de sonar con tanta fuerza la música tradicional cubana, dejando un espacio que la salsa empezó a llenar».


Con este “nuevo” ritmo reflejaban sus vivencias, las canciones hablaban de las problemáticas sociales padecidas por los latinos, del ambiente neoyorquino, donde preponderaba la violencia en el barrio. Entonces este “nuevo” ritmo no era solo baile, se convirtió en cultura y política.


Foto: Señal Colombia.


La salsa es más que la extensión directa o la imitación de estilos nativos de Cuba o Puerto Rico, es la fuente de una nueva adaptación, una mezcla e interacción con otras maneras de hacer música:


«La música también se desvía de su base afrocubana al usar referencias y sonidos de estilos de Puerto Rico, Colombia, Panamá y de esa «otra» patria ancestral, África, como así también del jazz, el soul y el rock de los jóvenes «nuyoricans».



Asì la salsa se convierte en la insignia de identidad expresiva del Caribe hispano en la ciudad de Nueva York, sin duda fue recorriendo cada rincón de Latinoamérica y gran parte del mundo. Su trascendencia llegó a ser tanta que como si se tratara de un mundial de fútbol, nació la necesidad de formar un equipo con las mejores Estrellas de la salsa, tanto seleccionar instrumentistas de las orquestas, compositores para tener las mejores letras y narrativas, como la selección de los mejores cantantes de salsa, a ese “dream team” se le conoció como LA FANIA ALL STARS.



Foto: Radio Radical Boricua






«Es así como la salsa conquista el globo con la crudeza de sus letras y la poca finura de su sonido, unifica y empodera a los latinos del mundo y rápidamente se vuelve un gran movimiento cultural que representa la voz y el sentir latino, sus bailes, su cosmovisión, su raza y su historia misma»





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