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II. La Salsa llegó.

  • Foto del escritor: Estamo En Salsa
    Estamo En Salsa
  • 13 abr 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 4 jun 2020



Y se fue expandiendo como pandemia por todo el Caribe, cada pedazo de tierra cubierta por este sol comenzó a disfrutar al ritmo de la salsa, la misma salsa que puso Nueva York de patas para arriba y, como si se tratara de una travesía iba tocando todos los puertos del Caribe, dejando a todos maravillados con el resonar de los bongos, la precisión de la clave y la armonía de las voces que no imaginaban en ese momento lo que estaba a punto de ocurrir.





Se fue abriendo paso en los oídos de los latinos, así mismo consumiendo cada pedazo de suelo de esta parte del continente, contagiando a todos de una efervescencia única, ensordeciendo con armonías nunca antes escuchadas y que sin duda cautivaron el gusto de todos los latinos. La salsa había llegado para quedarse y desde ese instante desde Puerto Rico a Dominicana y de Panamá a Colombia no había otro ritmo que pudiese competir con los sonidos neoyorquinos que tenían a todos bailando sin parar.

Así la Salsa se fue expandiendo primero por las islas del Caribe y luego a los demás países latinoamericanos, traspasando fronteras. La Salsa según Quintero (1998) cumple un papel muy importante como medio de expresión de algunos grupos culturales del Caribe.


Esta historia de fracasos gloriosos que se capoteó entre guerras y en medio de la gran depresión norteamericana, llegó a nuestra Cartagena de Indias el 28 de octubre de 1934, día en que Antonio Fuentes puso el letrero de su disquera en la torre del reloj. Fuentes venía de estudiar en Nueva York durante la década de los veinte, regresó cargado de vinilos que esparció con la complicidad de la brisa que se colaba entre las murallas. Los sonidos acompasados se le escapaban desde el piso alto del laboratorio farmacéutico de sus padres, donde fundó su emisora. No contento con esto, en el 1945 importó la tecnología de grabación fonográfica para agarrar en el Corralito de Piedra La vaca vieja de Lucho Bermúdez.








Los convulsionados años cincuenta fueron la década donde la música afrolatina, ya con un público cautivo en Estados Unidos, empezó a llegar a los surcos de los vinilos y a las agujas. Las agrupaciones conocidas por tocar en bares y por sus directos en las emisoras, empezaron a inmortalizar sus pregones; el vinilo se encaramó en los navíos y se instaló en los puertos e islas caribeñas; desde allí penetró todo el continente.


En la costa caribe colombiana - antes de la llegada de la salsa a Cartagena - los nativos estaban acostumbrados a las melodías de las acordeones de Alejo Durán, Juancho Polo Valencia, a la música tropical de Los Corraleros de Majagual, la música criolla - porro del gran Bolívar - de Pedro Laza y sus Pelayeros, Rufo Garrido, el merecumbé de Pacho Galán y Su Orquesta, y ritmos caribeños, donde la música cubana tenía gran importancia. Por medio de los barcos que arribaban en la ciudad, y anclaban en la antigua terminal marítima la Gran Colombiana ubicada en el barrio Manga, traían aquellos vinilos desde los Nuyores, así poco a poco comenzó a conocerse lo que hoy por hoy - comercialmente - se llama salsa. El furor por este ritmo, dio paso a la apertura de nuevos clubes, como Club Libertad, Club Popa, Donde Chepa, El Perro, además de pick ups y terrazas en barrios populares.





«La salsa, con su diversidad y rebeldía, caló profundo en un país fracturado por la desigualdad y la violencia, compitiendo con las músicas tradicionales colombianas para sonar con fuerza en las casas».

Sherly Montaguth


En los años 60 también llegó la música caribeña al puerto de Buenaventura, de ahí pasó a los barrios caleños a través de la radio, la cual traía toda la música del momento. Con el compás de la clave fue creciendo esta pasión por el baile y la salsa en el barrio Obrero.





La salsa se vio impulsada en Colombia por el bolivarense Michi Sarmiento, fue el primer artista de salsa colombiano, después de él siguieron Fruko y sus Tesos, Joe Arroyo, Latin Brothers, seguidamente se dio la creación del Grupo Niche y Guayacán. Al paso del tiempo han ido desapareciendo artistas, y a su vez apareciendo otros, como es el caso de Hugo Alandete, la Charanga África.


Foto de portada del disco 'Aquí Bravos' de Michi Sarmiento.


Aunque la salsa no es originaria de Colombia es uno de los géneros más escuchados del país, ciertos músicos colombianos han compartido escenarios con leyendas mundiales del género y también han ido innovando con la mezcla del sabor propio.






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