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III. La música es pa’ gozar.

  • Foto del escritor: Estamo En Salsa
    Estamo En Salsa
  • 13 abr 2020
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 4 jun 2020



Las brisas marinas de La Heroica ya llevaban otro son, eran vientos con un sabor distinto, poco a poco Cartagena se fue adueñando de este nuevo género musical y el repicar de los zapatos de charol se escuchaba desde Getsemaní hasta Olaya y del Centro Histórico hasta Blas de Lezo, toda la ciudad vibraba con la música que un día entró por el Muelle de Los Pegasos y que sin duda cambiaría el sentir del Corralito de Piedra.




Las antiguas casetas se fueron llenando de esta música, los bares y cantinas de la época eran testigo del nuevo fenómeno y sin dar tregua se llenaban cada fin de semana y, cada lunes nacían nuevos adeptos quienes atraídos por el sonar de las trompetas y el ritmo de la clave se fueron enamorando de cada canción. Poco a poco los barrios populares se contagiaron y, con sus grandes equipos de sonidos fueron adquiriendo protagonismo en la agenda rumbera de la ciudad, los reconocidos “picós” - cuya palabra proviene de la expresión inglesa “pick up”, tiene como significado levantar y recoger, pues era lo que en teoría de ingeniería de sonidos estos grandes aparatos hacían: recoger la energía de vibración a través del movimiento de la aguja del acetato y convertirla en energía de sonido, para que las personas pudieran disfrutar a través de un potente sistema de altavoces - , estas máquinas de sonidos fueron muy representativas en la cultura salsera de la ciudad, cada uno elegía un nombre para así diferenciarse de los demás e imponer su propio estilo, repertorio y calidad de sonido.





Fotos: Fabian Altahona / Africolombia


Los primeros picós que salieron al público fueron El Perro, La Clave y El Huracán, quienes se encargaron de reproducir toda la descarga musical proveniente de Nueva York, Puerto Rico, África y por supuesto de la madre Cuba.





Así comenzaba el idilio insaciable entre los cartageneros y los “picós”, las personas elegían según su gusto, sonido, repertorio o animación de los disc-jockey - DJ -; se fueron separando entre la multitud, ya no eran solo salseros si no que se convirtieron en seguidores de cada máquina de sonido, cada persona elegía su bando, algunos iban al Perro, otros a La Clave y otros al Huracán y así mostraron fidelidad con el paso del tiempo. Estos picós competían cada fin de semana por el cariño de sus simpatizantes, por ello necesitaban mantenerse a la vanguardia, muchos acudieron a corresponsales - en el ámbito picotero se le llamaba corresponsales a las distintas personas que residían en Nueva York u otra ciudad donde podían conseguir Long Plays “LP” o discos de vinilos y, enviarlos por vía marítima o cuando éstos llegaban de visita al Corralito - , los cuales nutrían las distintas programaciones de los picós, logrando así que cada máquina tuviese un repertorio diferente gracias al manejo de LPs exclusivos.





«El picó El Guajiro Tira Flechas tiene 52 años de vigencia y es uno de los más famosos a nivel regional».



Fotos: Fabian Altahona / Africolombia


Sin duda los picós marcaron la época dorada de la salsa en Cartagena, haciendo que miles de nativos disfrutaran a lo largo y ancho de la ciudad sin limitación alguna. Sin embargo, con el pasar de los años muchos picós dejaron de existir, pero el legado continuó, ese es el caso Antonio Sierra, fundador del picó El Pioneer:


«Yo vengo de familia salsera, mi padre tuvo pick up y mi hermano mayor también, así que fui creciendo con eso en la mente. A día de hoy los picós no existen, el de mi papá se llamó “El Domador” y el de mi hermano “La Chicharra”; no fueron tan famosos, eran picós de barrio, todo fue cambiando y a ellos le cayeron los años, pero yo seguí con la trayectoria ».



Fotos: Fabian Altahona / Africolombia

«Gracias al legado de mi familia cree “El Pioneer” hace más de 20 años, hemos hecho presentaciones en varias ciudades de Colombia como Maicao, San Andrés Islas, Barranquilla, Santa Marta, así como en la Isla Tierra Bomba, Barú, además de pueblos de Bolívar y Atlántico. En la ciudad hay muchos picós, pero estamos los más famosos como El Pioneer, El Sabor Stereo, La Clave, El Parrandero, El Guajiro y El Conde; nosotros hemos hecho historia en Cartagena».




A La Heroica se le conoce por la lucha de sus ancestros , y también Cartagena por ser una ciudad radiofónica, su historia reciente ha sido marcada por la radio - este aparato que envía señales de audio a través de ondas electromagnéticas -, en los barrios antes de la llegada del internet, los vecinos se reunían a escuchar las narraciones de los partidos de béisbol, las radionovelas, o programas musicales, donde la salsa cobraba su mayor protagonismo. Ésta tuvo gran importancia en la difusión del género en los años 60, 70, 80 y 90.


«La radio es uno de los iconos más cartageneros que tenemos y en estos 484 años tenemos que reconocer el trabajo de grandes radialistas, el papel de la mujer en la radio, la visibilización del deporte y la salsa y el humor crítico».

Bertha Arnedo





«Nos disfrutamos la música cubana, la puertorriqueña, la caribeña; eso es música autóctona. No soy cubano pero me gusta ese son». Altamar


«La salsa se fue apoderando de la radio y fue aprobada por las generaciones jóvenes de la época, quienes finalmente son los que deciden que se va y que se queda». Jeannette Riveros

La radio sigue teniendo importancia en Cartagena, sin embargo con el devenir de los años, sus programaciones han cambiando, y la salsa ya no se escucha como en años anteriores; han entrado nuevos géneros como la champeta y el reggaeton, y puede que la juventud prefiera este tipo de ritmos.





«Hay algo inexplicable, hoy día la salsa está muy arraigada y sonando en los barrios a pesar de que la radio ya no pone mucha salsa». Kriss Urueta, melómano y Director del Festival de Salsa, Cartagena en Clave.


Paralelo a la radio y los picós, en la ciudad se venía manejando otra forma de disfrutar y vivir la salsa; los bares, estaderos y terrazas de la ciudad acogieron el nuevo “fenómeno”, cimentaron su éxito en la explotación del género que movía a los cartageneros de baldosa en baldosa. Es inevitable no reconocer estos sitios como unos de los principales promotores del auge salsero, donde la música trascendió sin importar sexo, raza y mucho menos estrato social, la salsa era - y continúa siendo- de todos.


«Quiénes han sostenido la industria cultural salsera en la ciudad son los estaderos o terrazas, esos espacios a los que los salseros acuden para escuchar las sonoridades antillanas. En esos lugares se exploran las nuevas propuestas, pero también se rescatan viejas canciones que, medio siglo después de haber sido grabadas, se pueden imponer en el gusto musical de la ciudad. En los últimos años, los establecimientos comerciales han sido fundamentales para el desarrollo creativo, al incorporar la música en vivo como parte de su oferta y al promover conciertos y eventos». - Cartagena en Clave


Unos bares cierran, otros abren, lo mismo pasa con las terrazas, pero otros llegaron para quedarse, como lo son “Quiebra-Canto” y “El Coreano - La Esquina del Son” fundados hace más de 40 años, así como han surgido otros comoCafé Havana” y “Tribilin Cantores” con más de 13 años.





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